Una de la preguntas más comunes entre las mujeres que esperan la llegada de un bebé es ¿Si amamanto, se me caerán las tetas? Algunas mujeres lo investigan y en otros casos, sin haber profundizado en el tema, sólo toman la decisión de no amamantar para evitar el riesgo de que les pase lo que tarde o temprano la gravedad y los años inevitablemente harán.
Este artículo no busca acusar ni señalar a ninguna mujer, por el contrario lo que se quiere es brindar herramientas para reflexionar sobre el tema y en definitiva ayudar a tomar la mejor decisión tanto para mamá como para bebé.
Alrededor de la práctica de la lactancia materna hay muchos “mitos” que más que propiciar y favorecer este proceso, lo entorpece y aniquila. Estos mitos vienen tomando fuerza de generación en generación y han provocado que muchas mujeres deserten de alimentar a su bebé con leche materna por creer que son ciertos, porque así lo creía la abuelita, la mamá, la tía y pare de contar.
Uno de esos mitos es creer que la lactancia materna es la responsable de la caída de las tetas, esto es falso!
Diversos estudios realizados respecto a este tema han comprobado que la lactancia materna no tiene nada que ver con la caída de los pechos, sino que por el contrario existe una serie de aspectos y procesos que intervienen, como: embarazos, la gravedad, la edad y malos hábitos (tomar poca agua, sedentarismo o falta de ejercicio, poco cuidado de la piel y mala alimentación).
Fases de las tetas:
Nuestros pechos pasan por distintas fases a lo largo de nuestras vidas y comienza desde que nacemos, lo cierto es que éstos tienen un objetivo muy funcional y lo descubrimos cuando nos convertimos en madres, alimentar a nuestras crías - cuidar la vida. Estas fases son:
- Fase I. Niñez: al nacer algunas niñas sufren una leve inflamación en los pechos y pueden llegar a segregar un poco que liquido transparente, llamado “leche de brujas”. Este solo ocurre por unos días.
Fase II. Pre-Adolescencia o adolescencia: con la llegada de la menstruación, inicia también el crecimiento de los pechos y maduración de la glándula mamaria; cada periodo menstrual va a permitir que el pecho se desarrolle, crezca, se alarguen los conductos y, genere tejido conectivo y adiposo; por ello se experimentan dolores pre-menstruales especialmente en esta zona.
Fase III. Embarazo: es en este proceso en el que la mujer experimenta la completitud de la formación de sus mamas preparándola ya para amamantar, esto ocurre gracias a la participación de hormonas, como: progesterona, estrógenos y lactógeno placentario que permiten entre otras cosas aumentar el tamaño de las mamas, alargar los conductos, aumentar el tamaño y color de la areola y pezón, entre otros.
Fase IV. Destete: Después de la lactancia materna el pecho pasará por un proceso llamado “involución de la mama” que les permitirá volver a su estado natural; algunas mujeres después del destete seguirán botando leche por las tetas, sin embargo no hay ningún riesgo, al pasar un tiempo esto dejará de suceder.
El embarazo y la caída de los pechos:
La ptosis mamaria o pechos caídos está más relacionada al embarazo principalmente porque durante este proceso es cuando las mamas experimentan un mayor crecimiento, acumulando en ellas mucho más tejido adiposo como parte de las reservas de grasa para alimentar a la cría, además de la influencia de hormonas como la relaxina, ésta hace que los tejidos y músculos que mantienen al pecho pegado a la pared torácica se vean afectados.
Otro de los aspectos relacionados a la caída de los pechos tiene que ver con hábitos y estilos de vida; por eso es importante que analicemos cuales son los antecedentes de nuestros pechos previo al embarazo, como ha sido nuestra alimentación, hidratación, cuidado de la piel, cuidado de los pechos, actividad física, entre otras.
Como evitarlo:
No hay gravedades ni tiempo que se resista a la caída de los pechos, operadas o naturales, esta es una realidad que forma parte de la vida. Sin embargo, existen algunas cositas que se pueden hacer para recuperar la firmeza de los pechos afectada un poco por el embarazo, entre ellas: tratamientos estéticos, masajes, ejercicio físico regular, hidratación, uso de sostenes adecuados y mantener un peso estable (evitar aumentos y perdidas grandes de peso porque generan más flacidez y estrías).
En conclusión, amamantar no es sólo una opción sino una necesidad tanto para bebé como para mamá, porque tiene muchos beneficios, en las mujeres evita enfermedades como el cáncer y garantiza su pronta recuperación después del parto por mencionar algunos. Desde Modo Mamá con Loisemily PS te invitamos a amamantar sin miedos, a empoderarte de la lactancia, lo que no sepas pregunta e investiga, asesórate, pero bajo ningún concepto dejes de alimentar a tu bebé con lactancia materna.
Las tetas forman parte de nuestra fisionomía fundamentalmente para amamantar a nuestras crías, eso nos hace únicas y especiales. Lo demás es vanidad!!! Cuidemos la vida.
![]() |
Aquí amamantando a mi hija Miranda |
0 Comentarios